
Cuando hablamos de comer bien, muchas personas piensan automáticamente en dietas estrictas, contar calorías o eliminar alimentos. Pero comer de forma saludable y efectiva no tiene por qué ser complicado. De hecho, con solo aprender a armar bien tu plato puedes mejorar tu energía, composición corporal y relación con la comida.
¿Qué es un plato balanceado?
Un plato balanceado es una comida que incluye los tres principales grupos de macronutrientes: proteína, carbohidratos y grasas saludables, acompañados de fibra (normalmente a través de vegetales). Esta combinación no solo ayuda a que te sientas satisfecho/a, sino que regula tu energía, tus niveles de azúcar en sangre y tus hormonas del hambre.
La fórmula del plato simple:
Imagina tu plato dividido en tres partes:
50% vegetales o frutas (ricos en fibra, volumen y micronutrientes)
25% proteína (animal o vegetal, según tu estilo de alimentación)
25% carbohidratos complejos (arroz integral, papa, pasta, legumbres…)
+ 1 cucharada de grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos, etc.)
Ejemplos reales
-
Desayuno balanceado:
Huevos revueltos + pan integral + aguacate + una fruta -
Almuerzo balanceado:
Pechuga de pollo + arroz integral + ensalada con aceite de oliva -
Cena balanceada:
Lentejas con verduras + un poco de arroz + yogur natural sin azúcar
¿Ves? No necesitas alimentos raros ni “productos fitness”. Solo equilibrio.
¿Cómo adaptar tu plato?
- Si entrenas fuerte o haces cardio, puedes aumentar un los carbohidratos.
-
Si estás en una fase de pérdida de grasa, puedes reducirlos ligeramente y priorizar la proteína y la fibra.
-
Si eres vegetariano/a o vegano/a, puedes usar legumbres, tofu, tempeh o seitán como fuente de proteína.
Cuidado con los errores comunes:
- Quitar por completo los carbohidratos “por miedo a engordar”.
-
Comer solo ensaladas sin proteína.
-
Pensar que comer sano es comer poco.
Añadir comentario
Comentarios